PRIMERAS CENIZAS

[Jesús Sánchez]

PRIMERAS CENIZAS

Leonora Cuervo, famosa en la prisión. Había matado a su marido en un ataque de celos por su excesiva introspección alcohólica. En una noche pavorosa debió confesarlo.
Se dedicó a escribir durante su condena. Nunca tuvo casa, ahora tenía dos: la prisión y la ficción.
Hizo su relato. Se dijo enfurecida golpeando a Edgar con un cenicero que esparcía anticipadamente sus cenizas mientras caía sobre su cabeza el ángulo mineral de la pieza insidiosa y geométrica que separaría sus encarnaciones.
Relató otros horrores propios: El frío, el insomnio, el olor de los cuerpos adjuntados.
Una noche, débil y soñolienta, comenzó a leer un viejo libro de la biblioteca.
Se quedó dormida mientras, pero entró en parálisis del sueño. Murió por no poder volver a una sola de las realidades. En su agonía desgarró la página de una narración extraordinaria. Tenía gesto de sorpresa su cadáver.

[Victor]

Todo un homenaje en pocas palabras. Grandioso.

[Jesús Sánchez]

Gracias, Víctor.