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A diez años de la muerte de Ernesto Schoo, nada más oportuno que la reedición de este, su único libro de cuentos hace largo tiempo agotado. Porque en él se demuestra la maestría del autor para manejar el género, ofreciéndonos cuentos y relatos de las más variadas características.
Así tenemos cuentos que nos remiten a la historia argentina -la de las Guerras de la Independencia y la de los años setenta, vinculada con el exilio europeo al que tuvieron que partir muchos hombres y mujeres a raíz de la dictadura-. Otros de corte fantástico, donde el autor se inscribe en la lista de los grandes cuentistas argentinos que desarrollan ese mismo género. Por fin, cuentos y relatos realistas, muchos de ellos con finales memorables, que dan un salto en la verosimilitud frente al cual sentimos sorpresa y admiración.
Es decir que la lectura de este libro confirma que Ernesto Schoo fue ante todo un escritor que descolló en el cuento y que su reedición nos permite volver a disfrutar de su escritura de singular refinamiento. CRISTINA PIÑA |
| Así escribe: "Cuando yo era chico, el rostro de aquel hombre apare-
cía siempre en las tapas de los cuadernos y en las láminas
escolares. En el vestíbulo del colegio estaba su busto; de
mármol, con larga nariz y abundantes patillas, y en los días
de fiesta patria su retrato, rodeado de banderas, miraba
severamente el patio donde nos reuníamos. Más de una vez
tuve que dibujarlo en mi carpeta; tomaba forma entonces
mi obsesión, porque me daba cuenta de que aquel rostro no
era nunca igual a sí mismo. Yo repetía obstinadamente sobre
papel canson los rasgos que imaginaba familiares, pero a mi
inexperiencia de dibujante se le unía la agotadora sensación
de que esa cara huía siempre de mí, de que era inapresable.
Trataba entonces de calcarla pero, por más cuidado que
ponía en ello, el prócer resultante difería..." / ERNESTO SCHOOnació el 12 de octubre de 1925. Recibió muchos reconocimientos. Entre otros el Premio Cóndor de Plata a la trayectoria, el Premio Konex 1987 en la categoría Comunicación y Periodismo, el Konex de Platino 2004 en la categoría Memorias y Testimonios y fue ganador de la beca Guggenheim. En el exterior recibió dos prestigiosos galardones: la Orden de Caballero de las Artes y las Letras del gobierno francés, y la Orden al Mérito de la República italiana. Fue director general del Teatro Gral San Martín y miembro del directorio del Fondo Nacional de las Artes. Entre sus textos se encuentran: “Función de gala”, (1976), El baile de los guerreros, (1978), “El placer desbocado”, (1988), “Ciudad sin noche”, (1989), Pasiones recobradas, (1997), “Cuadernos de la sombra”, (2001) y “Mi Buenos Aires querido”, (2011). | |
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Álamos, uno de los cuentos de este libro, un nene sube hasta la copa de un árbol y desde las alturas aprecia el mundo allá abajo. Lo aprecia, por supuesto, de la manera vertiginosa, deforme, con que se ve el mundo cuando lo observamos desde el punto de vista apropiado. Algo cambia para siempre en nuestra percepción, y nunca está claro qué tan conveniente resulta el cambio,
Los personajes y narradores que atraviesan los relatos de Los perros viven sumergidos en esa indeterminación, preguntándose qué tan virtuosos, qué tan miserables pueden llegar a ser. Acaso porque nadie sabe —nadie tiene por qué saber- dónde está el bien, dónde está el mal. Guiadas por la desidia, por excesos de cuidado; o por un egoísmo sonso, a media máquina; o bien por la plena cobardía, las voces de este libro alcanzan así un punto de incomodidad que no puede ser más que sublime.
Sebastián Grimberg narra como aquel niño, desde la copa de un árbol, azotado por el viento. Y desde allí registra —acaso con delectación, con el pulso de un loco— el vértigo y la deformidad que campean aquí abajo. Como quien arma una antología de narradores incómodos para historias incómodas; o como quien, simplemente, se lanza en busca del cuento perfecto.
Mariano Quirós Los diez relatos que constituyen Los perros narran la angustia de seres ordinarios ante el punto de giro que cambiará sus vidas. Atados a una normalidad mustia y gris, pero que en algún punto sienten tranquilizadora, alcanzarán a intuir el desplazamiento de lo cotidiano y, con él, la sombra esbozada de lo siniestro. Con un lenguaje llano y preciso que evoca a Raymond Carver, Sebastián Grimberg arma cada cuento como un mecanismo de relojería: todo se encuentra dónde debe estar para transmitir la inquietud de la inminencia y que el lector se deje llevar por la deriva de una literatura impecable. Horacio Convertini |
| Así escribe: Una luz circular, a media altura, se bambolea a varios metros
de nosotros, se acerca. No lo veo, pero sé que es el tipo de seguridad
con su linterna. Somos los únicos en el camping, vacacionamos lejos
de las fechas obvias para evitar las miradas de la gente, y ya anoche
lo vi hacer la ronda acompañado por un perro grande que parecía
cruza con lobo. Esta vez viene solo y dice: parece que se viene brava,
¿por qué no llevan la carpa al quincho? Al tipo la voz le salió agitada.
Tiene la linterna en la mano y, aunque no me apunta a la cara, apenas
logro distinguir su silueta. Levanto la cabeza. Del cielo no se llega a
ver nada, ni nubes ni estrellas. Se viene, repite. ¿Por qué no llevan
allá la carpa? Ahí van a estar seguros. Giro para buscar a Marisa. Está
al lado de las parrillas, de espaldas a nosotros, acomodando las cosas
que compramos en el almacén del pueblo. Después miro la carpa. La
lámpara portátil que dejamos adentro, encendida, transparenta un
poco y hace brillar la lona verde y violeta. No se percibe ningún
movimiento en su interior. Pienso en el trabajo que me llevó levantar
la carpa, fijar las varillas, clavar las estacas, acomodar la lona; pienso,
sobre todo, en que para desarmar la carpa habría que sacar todo lo
que está adentro, en que deberíamos sacarla a ella, con lo que nos
costó dormirla.
SEBASTIÁN GRIMBERG: Buenos Aires, 1977. Sus cuentos figuran en antologías, revistas literarias y diarios como Axxon, Crepúsculo, Ficcionario, Próxima, La Balandra y Página/12. En 2019 su libro de cuentos inédito Como un ancla obtuvo una primera mención en el Premio Fundación El Libro 2018/19. Ha publicado los libros de cuentos Cada siete segundos (Editorial Conejos, 2014), galardonado con el Segundo Premio Municipal de Literatura Ciudad de Buenos Aires, bienio 2014/2015; La mirada del asesino (Editorial CFI, 2015), Premio en Letras de la Bienal Federal 2013 del Consejo Federal de Inversiones; y las novelas La guerra de los secadores (Editorial DLG, 2021); El guardián de los cerdos (Editorial Indómita Luz, 2022), para cuya escritura obtuvo en 2017 una Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes; y Vistamar X/ (Editorial Trapezoide, 2024). El libro Los Perros, recibió el Tercer Premio en categoría Cuento, del Fondo Nacional de las Artes en 2022. | |
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