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El nombre de todos los árboles
Conversar con el autor / ¿Qué es un milagro en esta tierra? ¿Qué no lo sería? El nombre de todos los árboles narra la historia de un hombre consagrado a alentar un prodigio que salve a su hija de la mudez y la parálisis. La palabra milagro proviene del latín miraculum y esta, a su vez, de mirari: admirarse, maravillarse. Sugiere el asombro por las cosas del mundo y del propio sujeto. El asombro intrínseco, reflexivo de lo vivo -a veces dulce, a veces terrible - que estremece cuerpos, ideas, espíritus.
El nombre de todos los árboles bascula entre géneros; va y viene de lo neo a lo retro. Una suerte de road movie medieval donde suenan voces contemporáneas y suceden peripecias en paisajes extraños, con guiños bien familiares que defraudan cualquier intento de anclaje histórico.
Además de árboles, este universo se expande y nombra un sinnúmero de ramificaciones y raíces. En la intimidad de los vínculos, en los accidentes geográficos, en el azaroso encuentro con unos y otras que depara el derrotero.
Martín Florio escribió una novela de otro tiempo dentro de este tiempo que aborda el milagro y el horror de amar, de morir y trascender en el fabuloso, espinoso desierto de la vida. IOSI HAVILIO
Así escribe: "Jonás se levanta primero y despierta al hijo mayor.
Se desplazan en la penumbra y salen al patio. Una niebla
espesa envuelve el paisaje. Se turnan frente al barril, se
lavan la cara, los sobacos, los brazos. Abren el portón y
hacen salir a los bueyes. Cuando la primera claridad del
día entra en la casa María despierta a los más chicos.
Edith y Gaspar duermen uno encima del otro, enredados
en las mantas y cubiertos por una capa de paja. María les
sacude el pelo y la ropa. Luego va en busca de Ana. Le
acaricia la frente hasta que su hermana abre los ojos. La
ayuda a sentarse, le limpia la cara con una tela húmeda,
la lleva a hacer sus necesidades, la peina. Daniel aviva
las brasas en el fogón y coloca unos leños encima. Con
un palo empuja la tapa de la chimenea, en el techo, y el
humo que se acumula en torno a las vigas comienza a
despejarse." / MARTÍN FLORIO nació en Buenos Aires, en 1972. Estudió realización cinematográfica en el Instituto de Arte Cinematográfico de AveIlaneda (IDAC). Trabajó como realizador, productor y director creativo para compañías de medios televisivos. Trabaja como quionista y desarrollador de contenidos audiovisuales. El nombre de todos los árboles es su segunda novela. |