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  $ 25000  /  Cuentos
 | Desaforado 
 Conversar con el autor  /   Los relatos de Ramiro Cachile son fuerza. Se sostienen en lo que
Roberto Bolaño pedía que tuviera, como condición esencial, la buena escritura, la prosa honesta: valentía. Una tromba de belleza cruda que empuja hacia adelante a eso que la memoria trata de ordenar y ofrecernos en secuencias prolijas y tranquilizantes. Ahí están papá y mamá, los amigos, los amores, las aventuras pequeñas, la tristeza o lo que nos hace. Ahí está la escritura valiente de Cachile que solo tiene como
arma y escudo su voz para despejar maleza y abrir camino en lo oscuro. Armar un libro que despliega lo familiar con la mirada amplia, porosa, para que se filtre y aparezca eso que también nos pasa cada día: lo extraordinario. SANTIAGO CRAIG
 
 Publicado en la colección "Cielo de claraboyas", dirigida por Agustina Bazterrica, Mariano Quirós y Sebastián Grimberg".
 
 Así escribe:  "De coté, frente al espejo. Así fue mi primer intento. No
quería atragantarme. Solo conseguí una arcada profunda,
un vómito sin color y la sensación persistente de una
garra de metal frío que perforaba mi nuez de Adán. Al rato,
tomé una cucharada de aceite y lo metí otra vez. La arcada
arremetió de nuevo, la garganta se me cerró y me lastimé
la campanilla. La voz me salía como flauta dulce, como el
viento cuando viene del norte. Así, suponía, acumulaba más
palabras en la zona del pecho: un día se me iba a llenar y no
iba a pasar más aire, como le pasó a la mujer del intendente
de Rufián Gorosito, que por no poder respirar se tiró desde
la terraza de su casa. Era necesario, entonces, aprender a
usar el tenedor, como la abuela, rasquetear las paredes de la
tráquea y despegar las palabras, fuerte y de un tirón, como
se saca una curita de una herida llena de pelos."  /   RAMIRO CACHILE nació en La Plata, en
los noventa, y ahora vive en San Telmo. Quiso estudiar Comunicación. Quiso. Despues se puso aescribir y a trabajar en cosas que nada tienen que ver con escribir. Colaboró
en diversos medios gráficos y fue seleccionado para participar en algunas antologías. Nunca ganó nada, pero ya publicó un libro de poesía: Devenir, editado por Halley. Asistió al taller de Luis Mey y al de Santiago Craig. Además, coordina su propio taller de escritura. Antes, cinco de juego; ahora, delantero potente que le pega con las dos piernas, pero no sabe cabecear.
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